Autores: Bahan Ángel Fraile, Miriam Suárez, Neyla Camacho / Unidad de Química y Ambiente, CTM. FIIIDT.
Los desastres son fenómenos o eventos naturales o provocados por el ser humano que afectan negativamente a la vida, al sustento o a la industria y desemboca con frecuencia en cambios permanentes en las sociedades humanas y animales que habitan en ese lugar, afectando los ecosistemas y en el ambiente. Se generan cuando, en un intervalo de tiempo y un área geográfica específica, se aglutinan tres elementos:
- La amenaza, potencialmente peligrosa, la cual constituye un evento físico que puede ser de origen natural o antropogénico.
- La vulnerabilidad, que engloba un cúmulo de condiciones, independientes o combinadas, que amplifican la fragilidad de una comunidad sujeta a la amenaza, para afrentar el peligro que le amenaza
- El riesgo es la probabilidad de que la amenaza llegue a consumarse y genere contingencias de consideración.
Los eventos ocurridos en la naturaleza raramente son naturales en su totalidad; muchas de las principales amenazas de hoy en día tienen un componente antrópico, entre estos podemos mencionar el cambio climático, la ocupación de los espacios y el deterioro del ambiente, entre otros. Estos sucesos están directamente vinculados con el modelo de desarrollo de la sociedad actual, visiblemente invasiva.
Cuando hablamos de la vulnerabilidad ante el cambio climático, debemos conocer un concepto que vincule los dos términos. De esta forma “la vulnerabilidad es el grado en el cual un sistema es susceptible y/o incapaz de enfrentarse a los efectos adversos de la variabilidad climática natural y del cambio climático, incluyendo los eventos extremos”.
Las primeras alertas acerca de la presencia de un cambio climático y sus consecuencias se conocen desde mediados del siglo XIX, cuando estudios científicos demostraron variaciones en el clima que ocasionaron el desarrollo del efecto invernadero (mecanismo sostenido de calentamiento del planeta como consecuencia de las actividades humanas).
Las proyecciones del cambio del clima en el planeta y sus consecuencias a futuro, todavía se mueven en toro a escenarios diversos, según el autor que las publique. Pero es imperativo estudiar las potenciales derivaciones del cambio climático, tanto en los diferentes ecosistemas como en las actividades que las sociedades pueden desarrollar. Las consecuencias del calentamiento global únicamente se pueden resolver con una acción mancomunada de la sociedad unida (los entes políticos, sociales, económicos y la ciudadanía en pleno). La crisis climática nos afecta a todos, por lo tanto, los desafíos del cambio climático son, en definitiva, desafíos sociales.
El calentamiento climático en Venezuela importa y mucho. El inicio del siglo XXI se ha destacado por una rigurosa y tenaz sequía, que ha ocasionado un fuerte estrés hídrico de la sociedad nacional, el cual ha afectado, entre otros elementos, a la red hidroeléctrica que abastece a casi la totalidad del país.
Además, Venezuela es un país privilegiado por la naturaleza. Está emplazado entre los diez primeros en biodiversidad en el mundo, entre los primeros veinte en acceso al recurso agua y su capa forestal sobrepasa la mitad de su superficie. Por estas razones Venezuela está obligada a participar, e incluso estar al frente, de las iniciativas de desarrollo sustentable para la mitigación y adaptación climática expresadas en el Acuerdo de París, suscrito en la Conferencia 21 de las partes de Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 21).
La superficie de los glaciares en Venezuela está decreciendo rápidamente, y es posible que se convierta en el primer país Latinoamericano cuyos glaciares desaparezcan por completo en los próximos años [13]. Esto afectaría la disponibilidad de alimentos por la pérdida de hábitats para peces de agua fría, las reservas de agua mermarían pudiendo generar violentas inundaciones puntuales y podría ocurrir decaimiento de la fertilidad de los terrenos circundantes.
Casi la mitad del territorio venezolano está cubierto de bosques tropicales. Este tipo de vegetación constituye ecosistemas altamente complejos, estratificados y sumamente diversos, siendo uno de los ecosistemas más sensitivos al cambio climático. El impacto global sobre la fauna y la flora silvestres admite un riesgo de extinción de las especies más vulnerables y la disminución de la biodiversidad.
Además de los bosques y selvas, Venezuela cuenta con apreciables extensiones de tierra fértil, parques nacionales y humedales que son sensiblemente vulnerables a pequeñas variaciones de las condiciones atmosféricas. Debido al riesgo del aumento del nivel del mar, se incluyen en el listado de zonas altamente vulnerables a las poblaciones costeras.
Nuestro país, cuya economía depende casi exclusivamente de la explotación de los hidrocarburos, vería mermados sus ingresos por la disminución del consumo de combustible fósil y de la manufactura de productos provenientes del petróleo, por la tendencia mundial de atenuar la emisión de gases de efecto invernadero.
En consecuencia, se observa que Venezuela es notablemente frágil ante el cambio climático y, al aumentar su vulnerabilidad, se frenaría el desarrollo, dilatando los índices de pobreza. Para las comunidades o actividades manufactureras más sensibles, cada vez sería más complicado y costoso reactivar los sistemas productivos viéndose limitada su salud financiera.
Venezuela firma y forma parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre del Cambio Climático, suscrita en la Cumbre de la Tierra, realizada en Brasil en 1992, y eso conlleva ciertas responsabilidades y compromisos. Algunas de estas son: diseñar e implementar plan de mitigación de adaptación contra el cambio climático y estudiar, registrar y reportar resultados de la evolución del fenómeno en el país [2].
En tal sentido se ha trabajado en el establecimiento de un marco legal y normativo que regula la implementación de políticas, planes, programas y proyectos para enfrentar las condiciones de vulnerabilidad, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y potenciar los sumideros; y se ha promovido una estrategia nacional de educación ambiental y participación popular. Sin embargo, debido a la turbulencia política y económica que envuelve el día a día, lamentablemente Venezuela carece de un plan efectivo de mitigación y adaptación frente a los efectos del cambio climático.
Venezuela ha realizado ante Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático solo dos comunicaciones para reportar la evolución del fenómeno en el país, una en el 2005 y otra en el 2017. Cada una de estos informes incluyó inventario general de emisiones de gases de efecto invernadero, variabilidad climática natural y vulnerabilidad, impactos ambientales y socioeconómicos del cambio climático, así como el planteamiento estratégico general de programas, políticas y medidas sectoriales.
El futuro de las nuevas generaciones requiere una conversación racional y efectiva que incluya a todos los sectores que hacen vida en el país. Es básico y primordial efectuar análisis técnicos consistentes y construir conjuntamente un diálogo y una visión de múltiples partes interesadas sobre cómo queremos ver el desarrollo futuro de nuestro país y su integración y supervivencia en el ámbito continental y mundial.
REFERENCIAS
- WIKIPEDIA (2020). Desastre. En: https://es.wikipedia.org/wiki/Desastre#Definiciones
- RBV, REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA (2017). Segunda Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. En: http://www.inameh. gob.ve/ web/PDF/Segunda-Comunicaci%C3%B3n-sobre-Cambio-Clim%C3%A1tico-I.pdf
- RBV, REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA (2005). Primera Comunicación Nacional en Cambio Climático de Venezuela. En: https://unfccc.int/resource/docs/natc/vennc01.pdf
- JARAMILLO, M.; URMENETA L., M. C. (2019). Chile shows that multi-stakeholder participation is key to designing long-term decarbonization strategies, en: https://blogs.iadb.org/ sostenibilidad/.
- SANCHEZ M., B. E. (2019). La migración en el contexto de cambio climático y desastres: reflexiones para la cooperación española, en: http://www.minamb.gob.ve/Cambio Climatico/
- ANDRESSEN, R. (2008). Algunas consideraciones sobre el cambio climático, Colección Investigación, No. 17. pp 77-80, en http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/26192
- FUNDAMBIENTE (2019). Cambio climático, Colección Madre Tierra.
- ROSALES, M. (2020). Cambio climático en Venezuela: una deuda con el mundo, Diario Cambio 16, en https://www.cambio16.com/cambio-climatico-en-venezuela-una-deuda-con-el-mundo/
- DE LISIO, A. (2020). Arco Minero del Orinoco: propuestas para reinsertar a Venezuela en los compromisos del Acuerdo Climático de París, Diario El Nacional, en https://www.elnacional.com/opinion/el-arco-minero-del-orinoco-propuestas-para-reinsertar-a-venezuela-en-los-compromisos-del-acuerdo-climatico-de-paris/
- ALONSO, J. (2020). La Tierra se calienta, los Andes se derriten, Deutsche Welle, en https://www.dw.com/es/la-tierra-se-calienta-los-andes-se-derriten/a-52308279
- REBOLLEDO, R. (2009). Vulnerabilidad de los bosques en Venezuela ante el cambio climático, Teledetección: Agua y desarrollo sostenible. XIII Congreso de la Asociación Española de Teledetección. pp 337-340, en http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/26192
- Cambio climático II: impactos, mitigación y adaptación https://naukas.com/2012/12/12/cambio-climatico-ii-impactos-mitigacion-y-adaptacion/
- Glaciares sudamericanos: Entre resistir y desaparecer https://www.dw.com/es/glaciares-sudamericanos-entre-resistir-y-desaparecer/a-48013387
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