Humboldt el anti-colonialista, anti-imperialista y Bolivariano

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Aunque parezca inverosímil la descripción de Alejandro de Humboldt dada en el título de este escrito, porque para los venezolanos y las venezolanas promedio se trata de un “botánico y explorador” que da el nombre a un hotel en la cima de una montaña en Caracas: Hotel Humboldt, el barón Humboldt fue mucho mas que un simple científico, en realidad fue un revolucionario unido a la causa de independencia de la “América Hispana” quien con vastos conocimientos históricos, políticos, y humanistas, conoció al niño Simón cuando este tenía apenas 16 años de edad, sería un importante referente en su vida, Humboldt publicó desde 1805 informes, estadísticas y severas críticas al modelo colonial que serían objeto de censura, pasados más de 200 años comienzan a emerger.

Nacido en el reino de Prusia (hoy Alemania) en 1769, Alejandro Humboldt llegó por primera vez a Venezuela en 1799, desembarcando en las costas de Cumaná acompañado del médico botánico y naturalista francés Amado Bonpland. Estos dos hombres descubrieron que todo lo que se había dicho sobre estas tierras en Europa: “pantanos y selvas inhóspitas, nativos salvajes, endebles, sin educación”¹ eran solo manipulaciones movidas por intereses económicos. Dejarían su primera travesía de 4 años en el continente plasmada en diferentes obras literarias inicialmente publicadas en idioma alemán y francés, curiosamente dilatadas o mutiladas sus transcripciones en español, algunas requirieron mas de 100 años para ver la luz en idioma español, pero al leer su contenido se entiende perfectamente el porqué desconocemos el pensamiento de Humboldt a pesar de haber escrito más de 10.000 páginas, él mismo nos explica:

“En geografía como en historia, los hechos y las opiniones influyen entre si mutuamente, y con frecuencia acaban por confundirse. Modifican esta reacción o influencia recíproca el carácter del siglo, los intereses dominantes y la autoridad de algunos hombres notables”²

¹ George-Louis Leclerc, Historia Natural, publicada desde 1749 hasta 1804, considerada como la obra de historia natural de mayor difusión de su época, conocido como Conde Buffon.

² Alejandro Humboldt, Cristobal Colón y el descubrimiento de América escrito en francés en 1822, traducido al español en 1892.

Esta célebre frase la expresaba Humboldt al referirse a la historia según él, manipulada del “Descubrimiento de América”, en donde con pruebas documentales, Humboldt describe como los nativos americanos tenían plena conciencia del territorio y existían múltiples mapas que dejaban certidumbre de la existencia de “el nuevo continente” muy anteriores a Colón:

“Cuando se está versado en la lectura de los documentos que tratan de los descubrimientos desde 1492 a 1525, se advierte lo que aprovechaban a los marinos de entonces los informes de los indígenas. El Cacique de Tumaco trazó a Balboa, cuando este llegó a la Bahía de Panamá, la figura de las costas de Quito, describiéndole al mismo tiempo la riqueza el oro del Perú y la forma extraordinaria de las llamas que lo transportaban los minerales en las cordilleras, y que los españoles creyeron que eran camellos. Hay sin embargo muchos centenares de lenguas desde el itsmo hasta las regiones que el cacique conocía con tanta exactitud.”³

Así mismo, Humboldt desmontaba la idea de que se tratase de “un mundo nuevo”, resaltaba los múltiples idiomas y el avance de las ciencias como astronomía, hidráulica y botánica, los análisis mas recientes de su obra dejan cuenta de ello:

“Los monumentos antiguos que había visto y reproducido en sus libros daban fe de unas sociedades cultivadas y refinadas: palacios, acueductos, estatuas y templos, en Bogotá Humboldt había encontrado antiguos manuscritos anteriores a los incas y había leído sus traducciones complejos conocimientos de la astronomía y la matemática. Asimismo, el lenguaje de los caribes era tan sofisticado que incluía conceptos abstractos como el futuro y la eternidad”⁴

A pesar de que estas obras no se conocieron en español en su época, nuestro Libertador interactuó directamente con el barón Humboldt por lo cual recibiría estas y muchas otras apreciaciones de primera mano, de esto no existe duda histórica posible ya que en 1815 el Libertador expresaba en la carta de Jamaica:

“El mismo barón de Humboldt, con su universalidad de conocimientos teóricos y prácticos, apenas lo haría con exactitud, porque aunque una parte de la estadística y revolución de América es conocida, me atrevo a asegurar que la mayor está cubierta de tinieblas…”⁵. El Libertador no escatimó en elogiar a Humboldt y a Bonpland en sus escritos, cartas y reflexiones, diciendo frases como: “cuyo saber ha hecho más bien a la América que todos los conquistadores”⁶

Serían los mapas elaborados por Humboldt los que permitirían a Simón Bolivar guiar las campañas que dieron la libertad a 6 naciones suramericanas, incluso, en 1822 el Libertador repetiría la hazaña de Humboldt con el ascenso al Chimborazo, “dejé atrás las huellas de Humboldt” reza en la famosa obra poética original del Libertador titulada “Mi delirio en el Chimborazo”. La obra de Humboldt, su pensamiento y su análisis crítico desde Cristobal Colón hasta el siglo 19 brota innegablemente en las reflexiones del Libertador.

³ Alejandro Humboldt, Cristobal Colón y el descubrimiento de América, escrito en francés en 1822, traducido al español en 1892.

⁴ La Invención de la Naturaleza, Andrea Wulf, 2016

⁵ Simón Bolivar, Carta de Jamaica, 1815

⁶ Correspondencia del Libertador, documento 8069, 22 de Octubre de 1823, Carta a Gaspar Rodríguez de Francia

Para Humboldt, a pesar de elogiar los conocimientos científicos de Cristóbal Colón, deja bastante en claro que no fue ni remotamente pionero, que le movían intereses económicos y que tanto los hijos de Colón como España habrían manipulado y dado por ciertas las versiones del “pionero del descubrimiento de América” para justificar los males que plagaron la América en los 3 siglos posteriores:

“Todas las cartas del Almirante expresan su ansiedad por acumular oro. Aunque duda, hasta la época de su muerte que América esté separada del Asia oriental.”⁷

Humboldt fue un feroz crítico de la esclavitud, viniera de donde viniera, todos sus escritos buscaban despertar conciencia sobre estos males:

“… la idea de la colonia es en sí una idea inmoral, es la idea de un país obligado a tributar a otro, de un país en el que no se debe alcanzar sino un determinado grado de prosperidad, en el que la industria y la ilustración no se deben difundir sino hasta un cierto punto. Pues más allá de estos límites … la madre patria ganaría menos , más allá de esta mediocridad la colonia demasiado fuerte, demasiado en condición de sostenerse a sí misma se independizaría. Todo gobierno colonial es un gobierno de desconfianza.”⁸

“En ninguna parte debe un europeo tener más vergüenza de serlo que en las islas, ya sean las francesas, las inglesas, las danesas o las españolas. Discutir sobre qué nación trata a los negros con más humanidad es burlarse de la palabra humanidad y preguntarse si es más agradable ser destripado o despellejado.”⁹

Sorprende como Humboldt a pesar de elogiar la independencia de Estados Unidos no deja de criticar la detestable práctica de la esclavitud en ese país:

“entre el cabo de Hateras y el Missouri, el asiento principal de los conocimientos de la cristiandad, ¡qué espectáculo presentaría este centro de la civilización donde, en el santuario de la libertad, se podría asistir a una venta de negros de una testamentaria y oír los sollozos de los padres a quienes se les separa de sus hijos!…”¹⁰

Humboldt y Bonpland (H y B) luego de su primera visita se sentían suramericanos, conocieron innumerables científicos en estas tierras quienes con el mismo desprendimiento que los indígenas autóctonos compartían con ellos los resultados de sus observaciones e investigaciones científicas, todas minuciosamente incorporadas a los diarios de viaje, H y B no escatimaron en reconocer y elogiar a esos científicos en sus escritos pero su existencia fue censurada para mantener la imagen del “nuevo mundo de salvajes” que se “beneficiaba” de la educación que le proporcionaba la corona española. Todos los científicos que Humboldt y Bonpland habían conocido en su primer viaje eran decididos defensores de la causa independentista, muchos habían sido fusilados, noticias que desgarraban el corazón de Humboldt:

“Desde París Humboldt observaba angustiado, enviaba a los miembros del gobierno estadounidense cartas en las que pedía que ayudaran a sus hermanos del sur y luego protestaba con impaciencia cuando no le respondían con la rapidez deseada”¹¹

Los escritos de Humboldt no dejarían pasar por alto elogios a Simón Bolivar una vez se consiguió la independencia:

“Cambios saludables se alistan en la situación de los esclavos. Según las leyes que gobiernan los nuevos Estados independientes, la esclavitud se extinguirá poco a poco: es la república de Colombia la que ha dado un ejemplo de manumisión progresiva. Esta medida a la vez humana y prudente se debe al altruismo del General Bolívar cuyo nombre resplandece no menos por sus virtudes ciudadanas y su moderación en el éxito que por el brillo de su gloria militar.”¹²

El propio Libertador invitaría a Humboldt y Bonpland a volver a Sudamérica para ilustrar esta patria con sus luces, ambos aceptaron esta oferta. Bonpland luego de un penoso incidente que le mantendría preso en Paraguay se uniría a la hija de un cacique Guaraní y viviría hasta el fin de su vida en Argentina. Humboldt en cambio, por algún tiempo desde la isla de Cuba con su pluma libertaria dejaba al descubierto la patrañas económicas que justificaban el tráfico de personas “que se apoyan en las tablas que se publican bajo la denominación falaz de balanzas de comercio… un falso principio de economía política”¹³ que imponía el consumo de rubros coloniales como la harina de trigo, el bacalao y los tejidos europeos por encima de los rubros autóctonos como el platano, la yuka y el pescado fresco. Denunciaba también la devastación irracional para producir leña que era quemada en los ingenios de azúcar, incluso Humboldt advertía del cambio climático irreparable consecuencia de esas acciones para las generaciones futuras.

Que el hotel que lleva por nombre Humboldt, se mantenga como un centinela de la ciudad de Caracas, cuna de libertadores, recordando a los hombres y mujeres que dedicaron su vida a la ciencia e independencia, reivindica un mensaje de igualdad entre clases, razas y colonias como siempre defendió Humboldt.

Gloria Carvalho Kassar

¹¹ La Invención de la Naturaleza, Andrea Wulf, 2016
¹² Análisis político sobre la isla de Cuba, 1826
¹³ Análisis político sobre la isla de Cuba, 1826

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