¿Qué es el Efecto Leidenfrost? Ciencia y curiosidades del vapor flotante

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Si alguna vez estuviste cerca de una sartén bien caliente, seguro notaste algo curioso: al caer unas gotas de agua sobre la superficie, en lugar de evaporarse al instante, las gotas se transforman en pequeñas bolitas que se deslizan y saltan como si tuvieran vida propia. Ese fenómeno se llama efecto Leidenfrost, y es más común de lo que imaginas.
Este efecto ocurre cuando un líquido entra en contacto con una superficie mucho más caliente que su punto de ebullición. En ese momento, la parte inferior de la gota se evapora al instante, creando una fina capa de vapor que la separa de la superficie. Esta especie de colchón de vapor impide que la gota toque la sartén directamente, lo que provoca que tarde más en evaporarse, aunque la temperatura sea muchísimo mayor.
Puede parecer contradictorio, pero es real: a temperaturas extremas, el agua tarda más en desaparecer gracias a esta capa protectora de vapor. Por eso vemos a las gotas moverse de forma errática, como si flotaran o «bailaran» sobre la superficie caliente.
Lo más interesante es que no solo ocurre con el agua, sino también con otros líquidos volátiles, como el alcohol. Este fenómeno ha despertado la curiosidad de científicos durante siglos y, más allá de ser un truco de cocina, tiene aplicaciones en la industria y la investigación.
Así que, la próxima vez que veas agua «bailando» en la sartén, ya sabes: no es magia, es pura física.

El efecto Leidenfrost: cuando el agua desafía la lógica en tu cocina

¿Sabías que podés ver un fenómeno de física sin salir de casa? Si alguna vez usaste una sartén o cazuela de fondo grueso y la dejaste bien caliente, seguramente notaste que, al salpicar unas gotas de agua, estas no se evaporan enseguida. En cambio, se transforman en pequeñas bolitas que giran, se deslizan y parecen bailar sobre la superficie antes de desaparecer. Eso se llama efecto Leidenfrost.
Este fenómeno fue descrito en 1756 por el físico alemán Johann Gottlieb Leidenfrost, quien observó cómo, al dejar caer gotas de agua en una cuchara al rojo vivo, estas no se evaporaban al instante. Increíblemente, las gotas podían durar hasta un minuto sobre la superficie ardiente, flotando sobre su propio vapor.
Más adelante, entre 1798 y 1884, el químico Pierre Hippolyte Boutigny quedó tan fascinado que creyó que las gotas, en realidad, estaban en un nuevo estado de la materia, al que llamó «estado esferoidal».
Hoy sabemos que lo que ocurre es que la capa de vapor que se forma bajo la gota actúa como un colchón aislante, evitando que el calor extremo toque directamente el líquido. Así, las gotitas parecen desafiar las leyes de la física, pero todo tiene su explicación.

¿Cómo funciona exactamente el efecto Leidenfrost?

La explicación detrás de este curioso fenómeno es bastante simple… ¡aunque parece magia en la cocina! Todo depende de la temperatura de la superficie caliente:

  • Si la superficie está por debajo de los 100 °C, el agua se aplana y simplemente se evapora poco a poco, como pasa al calentar una olla a fuego bajo.
  • Si la temperatura supera los 100 °C, las gotas empiezan a chisporrotear, emiten un pequeño silbido y desaparecen rápidamente, al entrar en contacto directo con la superficie caliente.
  • Ahora bien, cuando la temperatura alcanza lo que se llama el punto de Leidenfrost, sucede lo interesante. Las gotas no se evaporan al instante. En su lugar, se convierten en pequeñas bolitas saltarinas que se deslizan y giran arbitrariamente sobre la superficie, tardando mucho más en evaporarse.

Ese punto de Leidenfrost no es siempre exacto. Depende de varios factores, como el material de la superficie, si tiene impurezas o incluso las características del propio líquido. Pero, en el caso del agua sobre una sartén común, ronda los 193 °C.

Lo curioso es que el efecto Leidenfrost también explica situaciones sorprendentes, como cuando alguien puede tocar brevemente material fundido con las manos mojadas sin quemarse (como en la imagen 5). El agua se vaporiza al instante, y ese vapor crea una fina película protectora que nos salva… eso sí, solo durante unas fracciones de segundo.
Lo mismo sucede al meter la mano en nitrógeno líquido, donde la enorme diferencia de temperatura genera una capa de gas que nos protege brevemente.

Bibliografía
https://www.sciencedirect.com/topics/engineering/leidenfrost-effect
https://petroglifosrevistacritica.org.ve/blog/el-efecto-leidenfrost-en-interfaces-termicamente-extremas/

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