PROTOCOLO DE ACCIÓN ANTE EL USO DE ARMAS NUCLEARES Y RADIACTIVAS

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La radiactividad es un fenómeno natural y las fuentes naturales de radiación son una característica del medio ambiente. Las radiaciones y las sustancias radiactivas tienen muchas aplicaciones beneficiosas, que van desde la generación de electricidad hasta los usos en la medicina, la industria y la agricultura.

Los riesgos radiológicos que estas aplicaciones pueden provocar a los seres vivos y al ambiente deben evaluarse y, de ser necesario, controlarse. Algunos ejemplos de emergencias por radiación incluyen:  detonación (explosión) nuclear, accidente en una central nuclear, incidente durante el transporte de materiales radioactivos o una exposición ocupacional en centros médicos o de investigación.

El armamento nuclear se destaca como una verdadera arma de destrucción masiva, ya que su efecto es inmediato. Las armas nucleares son el ejemplo más conocido de armas radiológicas, y son bombas extremadamente explosivas que dividen los átomos en pedazos, liberando una enorme cantidad de energía radiactiva. Las armas nucleares presentan dos peligros: el daño creado por la explosión en sí y la radiación liberada, y el material radiactivo que quedaría después de la explosión.

Existen diferentes tipos de emergencias por radiación que varían en cuanto a la gravedad de los daños que causan y el riesgo que representan para las personas. Aunque el alcance de los daños es diverso, las medidas que se deben tomar para protegerse son similares.

Historia del uso de las armas radiológicas y nucleares

En el campo militar, la primera referencia de un estudio para la utilización de este material como arma, se encuentra en el «Proyecto Manhattan», en un documento clasificado dirigido al general Leslie R. Groves en octubre de 1943. En el mismo, los físicos James B. Conant, A.H .Compton y H.C. Urey realizan un resumen de su estudio preliminar sobre el «Uso de Materiales Radiactivos como Armas», y solicitan autorización para continuar con el trabajo.

Efectos de la radiación

Las radiaciones ionizantes emitidas por el material radiactivo interaccionan con la materia transmitiendo energía al medio de diferente forma, con el resultado general final de la producción de iones. Estos iones producen cambios químicos en las moléculas, principalmente en el agua. A nivel celular, los cambios químicos en las moléculas pueden afectar a la totalidad de su estructura; pero son los daños al ADN, donde se encuentra codificada la información genética, los que producen la mayor parte de los daños biológicos inducidos por la radiación.

Estos daños descritos a nivel celular pueden derivar en efectos adversos en tejidos u órganos. Los efectos por estos daños se clasifican habitualmente atendiendo a cuatro criterios:

1) Transmisión:

  1. Hereditarios: son aquellos que afectan a la descendencia del individuo irradiado
  2. Somáticos: aquellos que afectan directamente al individuo irradiado.

2) Tiempo de aparición de los efectos:

  1. Prontos: cuya a parición es relativamente inmediata, considerando como significativos operativamente aquellos cuya aparición tiene influencia en el nivel táctico u operacional
  2. Tardíos: aquellos cuya aparición es diferida, tras meses o años tras la irradiación.

3) Reversibilidad:

  1. Irreversibles: son aquellos cuyos efectos son permanentes
  2. Reversibles: aquellos que gracias a los mecanismos de reparación y regeneración celular permiten que los tejidos vuelvan a un estado similar al previo a la exposición a la radiación.

4) Dosis:

  1. Estocásticos: aquellos cuya probabilidad de ocurrencia depende de la cantidad de radiación recibida, pero la gravedad de los mismos no depende de la dosis.
  2. Deterministas: son los resultantes del daño a un número de células con lo que existe un umbral por debajo del cual estos daños no se producen.

En el cuadro siguiente se resumen los efectos de la radiación sobre el cuerpo humano. Según la dosis absorbida los síntomas que van apareciendo son cada vez más graves.

*Gy: unidad empleada para medir la cantidad de radiación absorbida por un objeto o una persona, conocida como «dosis absorbida «, refleja la cantidad de energía que las fuentes radiactivas depositan en los materiales

Protocolo de acción ante emergencias radiológicas

Ante un incidente radiológico, como es la explosión de un dispositivo de dispersión radiológica (DDR) o bomba sucia, son los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, de acuerdo a procedimientos normalizados, los que establecen

en un primer momento los límites de las zonas de intervención. En este caso en particular, el radio del perímetro de seguridad, según recomienda el Organismo Internacional de Energía Atómica, debe situarse al menos a 400 metros del foco o en aquel punto en el que la tasa de dosis ambiental de radiación sea inferior a 100 µSv/h.

Los servicios de emergencia pre-hospitalarios que acudan a tratar a las víctimas, deben recordar que las lesiones por radiación no modifican las prioridades de tratamiento y que la presencia de contaminación no debe retrasar ni la estabilización ni el traslado de las víctimas graves.

En caso de posible contaminación externa, y para evitar la transferencia de ésta, se retira la ropa y el calzado a las víctimas, se las envuelve con una manta o sábana y se las cataloga como posibles personas contaminadas. Es importante avisar tanto al personal que van a realizar los traslados como a los hospitales de destino de la posible contaminación de las víctimas, de forma que puedan poner en marcha sus protocolos de actuación.

Toda exposición a radiaciones ionizantes conlleva en mayor o menor medida un riesgo para la salud, en consecuencia, hay que realizar un control dosimétrico, tanto al personal de intervención como a las víctimas. De esta forma se puede estimar la tasa de dosis absorbida y valorar el grado de vigilancia médica a implementar. Para llevar a cabo este control y establecer protocolos de vigilancia a corto, medio, y largo plazo es imprescindible listar a todas las víctimas.

El uso de un DDR provocará una gran alarma social. De ahí la importancia de establecer políticas de comunicación que, con la colaboración de los responsables de los planes de emergencia, y a través de los medios de comunicación social o cualquier otro, se informe a la población. También se recomienda la creación de un Centro de Información que permita a las personas que precisen atención sanitaria o de otro tipo saber dónde pueden acudir.

En la serie de tres artículos titulados: Protocolo de acción ante el uso de armas químicas, Protocolo de acción ante el uso de armas biológicas y Protocolo de acción ante el uso de armas nucleares y radiactivas, se han analizado los orígenes y uso de cada uno de los tipo de armas, así como las acciones a seguir en caso de ser víctimas de un ataque por alguna de ellas. Sin embargo, es importante y necesaria la prohibición y el desarme de armas químicas, biológicas y nucleares para garantizar la paz y la seguridad global. Estos armamentos no solo causan un sufrimiento humano incalculable, sino que también amenazan la estabilidad de las naciones y el bienestar del planeta. Fomentar el diálogo, la cooperación internacional y el respeto por los derechos humanos es esencial para construir un futuro más seguro y sostenible. Al trabajar juntos para eliminar estas amenazas, podemos proteger a las generaciones venideras y promover un mundo en el que prevalezcan la paz y la dignidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

[1] Mahoning County Public Health. Peligros radiológicos y armas. En: https://www-mahoninghealth-org

2] Julio Ortega García. Armas Radiológicas. Capitulo Quinto. En: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3835369.pdf

[3] Ferrer Antonio y Ros Eduardo. Física de partículas y de antipartículas. Valencia. Universitat de Valencia. 2005.

[4] Brown Theodore L. y otros. Química. La ciencia central. 9ª edición. México. Pearson Educación. 2004.

[5] Jeffrey W. Runge, Brooke R. Buddemeier. Explosiones y material radiactivo: una introducción dirigida a los profesionales de primera respuesta. Prehospital Emergency Care (Edición Española). Volumen 3, número 2, págs 63-80. Abril, 2010

Contacto:

Centro de Tecnología de Materiales: ctm@fii.gob.ve

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