Los primeros monos clonados: El experimento que cambió la ciencia para siempre

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El tema de la clonación es tan apasionante como polémico. No se trata solo de duplicar seres vivos como si fueran archivos en una computadora, sino de un debate profundo que toca cuestiones éticas, médicas y hasta filosóficas. Para muchos, es una puerta hacia la cura de enfermedades genéticas, el avance de la medicina regenerativa o incluso la posibilidad de revivir especies extintas. Pero para otros, no es más que un intento descarado de jugar a ser Dios.


El caso más famoso es, sin duda, el de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta en 1997. Dolly no solo sorprendió al mundo, sino que abrió un nuevo capítulo en la biotecnología. A pesar del revuelo, vivió solo seis años y padeció enfermedades propias de animales más viejos, lo que encendió aún más las alarmas éticas.


Aunque se han hecho otros intentos de clonación, ninguno logró el mismo impacto mediático. Algunos experimentos fallaron, otros pasaron desapercibidos y muchos aún generan más preguntas que respuestas.
¿Y los humanos? Clonar personas sigue siendo un tema tabú y, en muchos países, ilegal. La idea de reproducir a alguien genéticamente idéntico asusta tanto como fascina.


En resumen, la clonación está entre la frontera de la ciencia y la ética. ¿Progreso o peligro? Depende a quién le preguntes… pero una cosa es segura: la ciencia avanza, nos guste o no.

La técnica detrás del milagro


La transferencia nuclear de células somáticas es una técnica que suena compleja, pero su concepto es bastante claro: se extrae el núcleo de una célula somática (que no sea óvulo ni espermatozoide) y se inserta en un óvulo al que previamente se le ha eliminado su núcleo. El resultado es un óvulo reprogramado que puede comenzar a dividirse y crecer como un embrión con el mismo ADN que el donante original. Esto fue exactamente lo que lograron los científicos del Instituto de Neurociencia de Shanghái con los macacos Zhong Zhong y Hua Hua, aunque no fue nada fácil.


Antes de que nacieran estas dos crías, los investigadores realizaron cientos de intentos fallidos. Solo dos sobrevivieron. ¿La clave? Usar inhibidores moleculares que ayudaron a reactivar los genes necesarios para que la célula clonada comenzara a desarrollarse. Un detalle que antes se pasaba por alto y que marcó la diferencia entre el fracaso y el éxito.


Este logro no solo representa un hito en la biotecnología, sino que también demuestra la importancia de la persistencia científica. A veces, el avance no llega por un gran descubrimiento repentino, sino por ajustar una pequeña variable tras años de ensayo y error.


La clonación sigue siendo un campo polémico, pero nadie puede negar que esta hazaña es un milagro de la ciencia moderna. Y como todo milagro… viene con grandes preguntas detrás.
¿Crees que vale la pena seguir avanzando en esta dirección?

Fuente: nationalgeographic

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