Descubren una nueva especie de crustáceo en acueducto antiguo romano

image_print

Una especie animal desconocida fue encontrada en un antiguo acueducto romano, con corrientes fósiles bajo tierra, se trata de una nueva especie de isópodo y fue hallado en Carmona, Sevilla; se presume que la misma ha estado en el lugar alrededor de 2 mil años.

Los investigadores de la Universidad Europea de Madrid y uno de la Universidad Autónoma de Madrid, fueron los responsables de este hallazgo, los cuales al inicio no fueron más que pequeños puntos blancos, hasta terminar encontrando una nueva especie animal no registrada.

Este pequeño crustáceo blanco ha sido nombrado científicamente como «Baeticoniscus carmonaensis». Su descubrimiento se considera histórico, ya que revela vida oculta bajo la ciudad milenaria de Carmona.

A pesar de que se acaba de publicar el estudio, su investigación se ha venido realizando desde hace ya varios años. Al momento del hallazgo, Álvaro Luna y su compañero Enrique Peña, se encontraban investigando la fauna dentro de un sistema de galerías subterráneas construidas en Carmona durante la época romana.

Para el estudio detallado de esta nueva especie, los investigadores utilizaron un microscopio y un estereomicroscopio, un tipo de microscopio óptico que proporciona una visión tridimensional crucial para discernir las estructuras más pequeñas. Un estereomicroscopio, equipado con una cámara digital de 12 MP, permitió capturar imágenes detalladas que fueron esenciales para la creación de dibujos científicos mediante un editor gráfico.

Una vez finalizado este exhaustivo proceso de documentación visual, los ejemplares de «Baeticoniscus carmonaensis» fueron depositados en la colección de isópodos del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. A partir de las detalladas figuras obtenidas, los científicos pudieron comparar las características de este nuevo crustáceo con las de otras especies conocidas, identificando así sus singularidades.

Biodiversidad Subterránea: Un tesoro por descubrir y proteger

Este hallazgo no solo revela la biodiversidad oculta bajo la milenaria ciudad andaluza, sino que también subraya la importancia de explorar y preservar estos ecosistemas subterráneos. Además, destaca la meticulosidad del proceso científico, desde la recolección manual hasta el análisis microscópico detallado, para la identificación de nuevas formas de vida.

La comunidad científica advierte que muchas especies podrían extinguirse antes de ser descubiertas. En el caso de las especies que habitan entornos subterráneos o yacimientos arqueológicos, el peligro varía según la accesibilidad del lugar.

Sin embargo, los ecosistemas subterráneos en general son vulnerables a la contaminación, el colapso de sus estructuras y cambios ambientales abruptos. En los sitios abiertos al público, la presión humana representa un impacto adicional.

Este descubrimiento subraya la crucial importancia de los esfuerzos de conservación para proteger incluso aquellos ecosistemas y las formas de vida que aún desconocemos.

Fuente: Prensa FIIIDT

Loading

Facebook
Telegram
Email