El coloso de hielo, conocido como A23a, es el iceberg más grande del mundo, con 3.500 kilómetros cuadrados se moviliza hacia las Islas Georgias del Sur, llegando al que podría ser su final.
El posible choque pone en peligro a las colonias de pingüinos, manadas de focas y muchas otras especies marinas, lo que alerta a ecologistas y ambientalistas, que no solo temen por la vida de los animales, sino también por las consecuencias que el cambio climático ha traído consigo.
A23a se desprendió de la plataforma de hielo Filchner en la Antártida en 1986, durante muchos años quedó atrapado en un remolino oceánico hasta diciembre de 2024, donde logró salir y sigue navegando.
De encallar en las Islas Georgias, limitaría el acceso a las zonas de alimentación de las especies, como ocurrió en el 2004, cuando el iceberg A38 impactó en el mismo lugar, ocasionando la muerte de muchas crías de pingüinos.
Científicos y pescadores analizan las imágenes satelitales del trayecto que sigue y cómo continua desprendiéndose en las cálidas aguas del sur.
Fuente: Oficina de Comunicación de la FIIIDT
#Internacionales #medioambiente #calentamientoglobal

