La Escuela de Geología, Minas y Geofísica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela (UCV) fue fundada en el año 1958 con la premisa de formar profesionales dedicados a explorar y aprovechar los recursos naturales, mineralógicos y comprender a plenitud los procesos de la Tierra, para la gestión sostenible de estos recursos y para el avance tecnológico del país.
Ricardo Alezones, profesor de esta escuela desde hace 33 años, es jefe del Laboratorio de Geología de Superficie y coordina la cátedra de Geología General y de Campo. En sus espacios de trabajo cuenta con una gran variedad de rocas y minerales, equipos tecnológicos, mapas y brújulas que le permiten acompañar a las nuevas generaciones interesadas en este amplio campo de estudio.
El trabajo que realiza en la escuela es variado y enfocado en potenciar las salidas de campo porque permite a los estudiantes realizar observaciones, mediciones y recolección de datos directamente en el terreno. La labor incluye desde mapeo geológico, toma de muestras de rocas, suelo y fósiles, y análisis de estructuras geológicas como pliegues y fallas.
“Nos hemos dado cuenta que es importante que, más allá de tener los equipos aquí depositados, pudiésemos utilizar toda la potencialidad de ir a una salida de campo para tomar la información y, luego, verterla directamente, bien sea en mapas, para luego construir secciones geológicas y columnas estratigráficas en el caso de estar trabajando con rocas sedimentarias”, explica Alezones, precisando que también realizan estudios de rocas ígneas y metamórficas.
Cuenta el profesor que el equipo de docentes ha trabajado mano a mano con instituciones del Estado para garantizar que estos laboratorios se mantengan completamente operativos y modernizados.
Los trabajos de adecuación del Laboratorio de Geología de Superficie comenzaron en 2007, específicamente con apoyo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit), hoy conocido como Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit); esto permitió ampliar la investigación de campo, según las necesidades de los equipos.
En 2014 y 2023 recibieron nuevos aportes de Fonacit, que les permitió adquirir brújulas geológicas Brunton y posicionadores espaciales tipo radio, entre otras herramientas. Comenta que también hacen uso de aplicaciones de los teléfonos móviles, que les permiten “graficar directamente la posición en la cual estás trabajando, con las mediciones que puedes hacer con las brújulas”.
Sin embargo, explica que para los docentes es fundamental que los estudiantes aprendan a utilizar herramientas analógicas y a no depender únicamente de las nuevas tecnologías.
Para Alezones, uno de los principales aportes de este laboratorio al país radica en gestionar la información sobre lo que hay más allá del suelo que pisamos.
“La única manera de poder ejercer soberanía en un territorio es conociendo y una de las cosas que necesitamos conocer es precisamente sobre dónde estamos caminando; y donde estamos caminando fundamentalmente es suelo, que es el material que se genera a partir de la alteración de las rocas que están en la parte un poco más profunda. El conocer esas rocas es parte del trabajo que hacemos aquí en la Escuela de Geología”.
El otro laboratorio recuperado es el de Geología, Geoquímica y Difracción de Rayos X, destinado a la identificación mineralógica y química, para clasificar y caracterizar los minerales, lo que tiene aplicaciones en diversas áreas de la ciencia y la industria.
El profesor de Geomorfología, Lino Teixeira, comentó que con los estudios realizados en este espacio se pueden “tomar decisiones desde el punto de vista de realizar una mejor caracterización, evaluar distintos yacimientos, evaluar materiales, no solo desde el punto de vista geológico o geocientífico”, sino desde otras ramas vinculadas.
En este sentido, agrega que los nuevos equipos de investigación y desarrollo de tecnologías
avanzadas de instrumentación están diseñados para evaluar “distintos materiales para el uso de la construcción hasta en la medicina, para identificar algunos elementos, algunos minerales presentes en el cuerpo, por ejemplo los cálculos renales”.
Por su parte, Daniel Melendres, auxiliar docente de este laboratorio, comenta que gracias a estas adecuaciones se han materializado trabajos de grado y otras investigaciones; por ejemplo, en fluorescencia de rayos X para no metálicos con arcilla, caracterizando elementos como óxido de hierro, óxido de aluminio y sílice, o de elementos metálicos como el óxido de estaño, óxido de tantalio, hierro, tungsteno y titanio para su posterior valorización en el mercado.
“Parte del trabajo que se ha hecho en el laboratorio es caracterizar la zona central (del país), en materia de minerales no metálicos; hemos podido hacer trabajos de todo lo que es Falcón, Carabobo, Aragua y, últimamente, se hizo uno en particular en la zona de Urumaco, que fue una caracterización de arcillas”, expresa Melendres.
Afirma que los trabajos que realizan tienen gran utilidad para el desarrollo nacional, por ello los estudiantes tienen que conocer a profundidad sobre estos elementos que forman parte de la vida cotidiana.
“Elementos como baterías de litio, arenas de sílice, son importantes para la elaboración de nuevos elementos, de semiconductores, y eso les da un valor a nuestras investigaciones. Nosotros investigamos para el desarrollo del futuro de las nuevas tecnologías”, finalizó.