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Mercurio. La Lección de Minamata

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Autores: Bahan A. Fraile, Miriam Suárez, Neyla Camacho. Unidad de Química y Ambiente, Centro de Tecnología de Materiales (CTM). FIIIDT. 

 

La bahía de Minamata, al sur de Japón, era un plácido lugar donde pequeñas aldeas de pescadores hacían vida autosuficiente. En esta zona abundaban lugares rocosos naturales bajo el agua, áreas propicias para el desove y crecimiento de numerosas especies de peces y mariscos, que aprovechaban los pescadores para proveer de valiosas fuentes de proteínas a los habitantes de los distritos circundantes (Figura 1). Todo cambió al comienzo de los años 50.

Figura 1. Cotidianidad en la Minamata de 1950. [13]

Alrededor de 1953 se evidenció una serie de extraños fenómenos en las aldeas que hacen vida en la bahía de Minamata. Los gatos corrían alocadamente y sin estabilidad (la gente llamó a esta anomalía “enfermedad de los gatos danzantes”), los cuervos y pájaros se desorientaban o caían súbitamente al vacío y la cantidad de peces disminuía en cada temporada [1].

Los habitantes de la zona, habitualmente sanos, comenzaron a sentir entumecimiento y espasmos en piernas y brazos, aparecían trastornos en la audición y en la vista. Otros presentaron dificultad en el habla, mareos y descoordinación para caminar o mantenerse de pie. Casos más graves exteriorizaron episodios de llantos, convulsiones o caían semi paralizados en cama y, finalmente, perdían el conocimiento y fallecían o padecieron secuelas el resto de su vida (Figura 2).

Figura 2.Consecuencias de la contaminación por metilmercurio en la bahía de Minamata. [2]

Con el tiempo se evidenciaron nacimientos de bebés con evidente retraso mental y deterioro en la formación ósea y muscular y, la mayor parte de ellos, morían a los pocos días de su nacimiento.

Los primeros casos de este extraño comportamiento neurológico se reportaron oficialmente en 1956, contabilizándose 54 pacientes a finales de ese año, de los cuales 17 habían fallecido. Los periódicos expusieron a la luz pública estos hechos, cuando en 1957 cuando informaron de un tipo de desorden del sistema nervioso de causas no identificadas [2] que denominaron “enfermedad de Minamata”.

En 1959, la Universidad de Kumamoto informó sobre la hipótesis del mercurio orgánico como el agente causante de la enfermedad de Minamata. El metilmercurio es un compuesto que se formaba como subproducto del proceso de producción de acetaldehído en la planta de Chisso Corp Minamata y que era desechado por canales acuáticos hasta llegar al mar. Esta hipótesis no se confirmó oficialmente hasta 1968.

Al final contaminación por mercurio de origen industrial. El envenenamiento por mercurio puede resultar de la exposición a las formas solubles en agua del mercurio (como el cloruro mercúrico o el metilmercurio), por la inhalación de vapor de mercurio, o por la ingestión de cualquier forma de mercurio.

Mercurio y naturaleza

El mercurio existe en varias formas: elemental, inorgánico u orgánico. Estas formas de mercurio difieren por su grado de toxicidad y sus efectos sobre los distintos sistemas del cuerpo humano.

El mercurio se encuentra en la corteza terrestre y puede hacerse presente proveniente de la actividad volcánica, la erosión de las rocas o por la actividad humana [3]. Esta última es la principal causa de las emisiones de mercurio, procedentes sobre todo de la combustión de carbón, de procesos industriales, de la incineración de residuos y de la extracción minera de mercurio, oro y otros metales.

Al liberarse el mercurio al ambiente, ciertas bacterias pueden transformarlo en metilmercurio. Éste se aloja entonces en pequeños peces y mariscos y se bioacumula a medida que se aumenta en la cadena trófica (Figura 3). Justamente ese fue el origen de la enfermedad de Minamata.

Figura 3. Bioacumulación del mercurio en la cadena trófica. [2]

Chisso Corp empleaba el mercurio como catalizador para hidratar el acetileno que daría como producto final el acetaldehído. En un proceso intermedio de la reacción química se forma el metilmercurio que era descargado a la corriente de agua que llegaba a la bahía. A través de las branquias y del sistema gastrointestinal, los productos pesqueros como el pescado, los camarones, los cangrejos y los mariscos absorbieron el compuesto y, a su vez eran devorados por peces de mayor tamaño, aumentando de esta forma la materia tóxica [4]. Así, el metilmercurio bioacumulado en los peces y mariscos intoxicó a las personas que los consumían diariamente por ser el componente principal de su alimentación.

Mercurio y cuerpo humano

Ahora, ¿cómo es el mecanismo para que el mercurio penetre en el cuerpo humano y actúe negativamente en él? Tanto el metilmercurio (MeHg) como el vapor de mercurio metálico pueden ingresar con facilidad al organismo desde el tracto intestinal y los pulmones, respectivamente [5].

El MeHg se une a la cisteína (aminoácido precursor de numerosos metabolitos azufrados necesarios para el desarrollo de la vida, altamente reactivo [6]) para formar un complejo cuya estructura es similar a la metionina, (aminoácido esencial que ayuda al hígado a procesar la grasa transformándola en energía [7]), y luego se incorpora a los tejidos, incluidos el cerebro o al feto a través de un transportador de aminoácidos (Figura 4).

Figura 4. Mecanismo de sustitución del MeHg en moléculas de aminoácidos. [14]

El metilmercurio se distribuye en varios órganos del cuerpo acumulándose primariamente en el hígado y los riñones. Aunque la barrera hematoencefálica protege al cerebro contra sustancias tóxicas, el complejo MeHg-cisteína es capaz de atravesar fácilmente esa defensa. En la figura 5 se visualiza el mecanismo de transmisión del complejo órgano-mercúrico a través de la corriente sanguínea.

Figura 5. Transporte del MeHg en el organismo a través de la sangre. [14]

En las mujeres embarazadas, la placenta actúa como filtro de sustancias tóxicas en la sangre de la madre para evitar que se transmitan al bebé. Sin embargo, el MeHg pasa fácilmente a través de la placenta como conjugado de cisteína y se acumula en el feto. Dado que el tejido nervioso en desarrollo del feto es altamente susceptible al MeHg, el daño que produce el compuesto en el feto es sumamente nocivo generando severas alteraciones en su desarrollo, sobre todo a nivel neurológico (Figura 6).

Figura 6. Mecanismo de protección de la placenta ante agentes tóxicos. [14]

Son varios los factores que determinan el tipo de efecto sobre la salud, así como también que determinan el nivel de gravedad. Entre ellos están los siguientes:

  • El tipo de compuesto de mercurio.
  • La dosis recibida y la duración de la exposición.
  • La edad o el estado de desarrollo de la persona expuesta.
  • la vía de exposición (inhalación, ingestión o contacto cutáneo).

La exposición aguda al mercurio, tanto en forma de vapor como en disolución líquida, ha demostrado que produce profundos efectos sobre el sistema nervioso central, incluyendo reacciones psicóticas caracterizadas por el delirio, alucinaciones y tendencia suicida.

Con la exposición continuada se origina un amplio alcance de perturbaciones funcionales que incluyen irritabilidad, nerviosismo, retraimiento e insomnio. Eventualmente puede desarrollar ligeros temblores que llegan a transformarse en violentos espasmos musculares, inicialmente en las manos y extendiéndose luego a párpados, labios y lengua, con consecuencias, a veces, fatales. A largo plazo, la exposición de bajo nivel se asocia con síntomas más sutiles como fatiga, irritabilidad, merma en la memoria, sueños vívidos y depresión (Figura 7).

Figura 7. Una madre cuida de su hijo con la enfermedad de Minamata. [2]

Los efectos transmitidos de la madre al feto incluyen daño cerebral, retraso mental, falta de coordinación, ceguera, convulsiones e incapacidad para hablar. Los niños con envenenamiento por mercurio suelen desarrollar severos problemas en sus sistemas nervioso y digestivo y daños renales.

En el caso de Minamata, se determinó, a fines de los años 60, que la enfermedad homónima consistía en una encefalopatía y neuropatía periférica. Hasta entonces la gente pensaba que era un padecimiento endémico, infeccioso o hereditario y los individuos que presentaban algún tipo de sintomatología eran objeto de diversos tipos de discriminación.

La ubicación de las lesiones de la encefalopatía, que se asumen a partir de estos síntomas, son considerablemente amplios e incluyen la mayor parte del sistema nervioso central como la corteza cerebral, los ganglios basales, el tronco encefálico y el cerebelo, afectando distintas funciones neuronales (Figura 8)

Figura 8. Mapa gráfico de lesiones neuronales producidas por la acción del mercurio. [4]

Mercurio y actividades humanas

Se estima que la cantidad total de mercurio utilizada en Chisso Corp. varió entre 380 y 455 toneladas y se cree que más de la mitad fue vertida en la bahía o liberada al aire. El gobierno de la prefectura de Kumamoto dedicó 14 años y 48,5 mil millones de yenes (460 millones de dólares) para dragar 1.510.000 metros cúbicos del sedimento del fondo en los trabajos de recuperación en la bahía de Minamata. Como resultado, se crearon 58 hectáreas de tierras recuperadas [8] (Figura 9). Oficialmente se certificaron 2.265 pacientes de la enfermedad en el entorno de la ciudad de Minamata.

Figura 9. Bahía de Minamata en la actualidad [2]

A pesar de la experiencia en Minamata, se han evidenciado en diversos lugares del mundo brotes de la enfermedad de Minamata. En la cuenca del río Amazonas (Brasil, Colombia, Perú, Venezuela) la minería del oro experimentó un gran auge a fines de la década de 1970; mucha gente comenzó a minar los lechos de los ríos y el suelo de los bosques tropicales. Los mineros usaban mercurio metálico para refinar los minerales y el mercurio liberado en la actividad contaminó el río y su cuenca. Problemas similares de contaminación por mercurio se han documentado en Tanzania, Filipinas, E.E.U.U., Indonesia, Irak, China y varios otros países. Hasta la fecha, los estudios de estos problemas de contaminación han revelado que el mercurio arrojado a los ríos se convirtió en metilmercurio y se acumuló en los peces. Además de la intoxicación por mercurio inorgánico que afecta a los mineros, es probable que la intoxicación por metilmercurio también afecte la salud de los residentes de las cuencas adyacentes.

Esta realidad pone en evidencia que la estructura de la sociedad actual ha propiciado el vertiginoso auge y desarrollo de la tecnología científica para la aplicación de sustancias químicas en pro del avance y la eficacia de las industrias.  Hoy en día, las sustancias químicas se utilizan de diversas formas y son inseparables de la vida moderna. En las fábricas de todo el mundo se usan actualmente unos 100 mil tipos de sustancias químicas como materias primas y materiales.

Sin embargo, su empleo tiene dos aristas que circulan entre la utilidad y lo perjudicial, y los problemas se complican aún más a medida que se depende cada vez más de los bienes manufacturados. Se supone que una considerable proporción de ellos tiene la posibilidad de ejercer una influencia nociva sobre la salud humana y el ecosistema.

Lamentablemente, no hemos aprendido la lección de Minamata. El hombre sigue afectando el ambiente natural para explotar sus recursos o utilizarlos como reservorios de desechos industriales. Incluso a estas alturas del siglo XXI, mucha gente cree que deberíamos desarrollar tierras silvestres para que sean más «útiles» para las personas [9]. Los bosques producen oxígeno; los océanos controlan el clima; las lagunas purifican el agua. Si se continúa destruyendo el ambiente natural, en el futuro habrá que pagar por estos servicios gratuitos.

REFERENCIAS

  1. National Institute for Minamata Disease. “In the Hope of Avoiding Repetition of a Tragedy of Minamata Disease -What We Have Learned from the Experience“. Minamata City (2001).
  2. FRAILE; B. A. “El Mercurio: El ejemplo de Minamata, la lección aprendida.”. Presentación oral en las “Mercurio en Venezuela: Realidades y Perspectivas”. FIIIDT. Caracas, Abril 2018.
  3. Organización Mundial de la Salud. Centro de Prensa. “El mercurio y la salud”. www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mercury-and-health. Marzo, 2017
  4. Minamata Disease Archives. “Cause and Damage of Minamata Disease”. http://nimd.env.go.jp/archives/english/tenji/a_corner/a01.html. Minamata City, Japan. (2014).
  5. Minamata Disease Archives. “Mercury Pollution in the World”. http://nimd.env.go.jp/archives/english/tenji/d_corner/dtop.html. Minamata City, Japan. (2014).
  6. GOTOR, Cecilia. “El poder de la cisteína”. http://digital.csic.es/handle/10261/41022. (2010).
  7. “Metionina”. https://www.ecured.cu/Metionina
  8. Minamata Disease Archives. “Mercury & Minamata Bay”. http://nimd.env.go.jp/archives/english/tenji/e_corner/qa5/q1.html. Minamata City, Japan. (2014).
  9. Minamata Disease Archives. “Research on Mercury Pollution Problems”. http://nimd.env.go.jp/archives/english/tenji/d_corner/d04.html. Minamata City, Japan. (2014).
  10. Minamata Disease Archives. “Research on mercury”. http://nimd.env.go.jp/archives/english/tenji/c_corner/ctop.html. Minamata City, Japan. (2014).
  11. “¿Para qué sirve la cisteína? Beneficios y propiedades. https://blog.nutritienda.com/l-cisteina/. (2010).
  12. Blog TECNOLOGÍA OBSOLETA. “El caso Minamata”. http://www.alpoma.net/tecob/?p=985. España, Septiembre 2008
  13. Magnum Photos Photographer Portfolio. https://www.pinterest.es/pin/161144492895022948/
  14. National Institute for Minamata Disease. “Mercury and Health“. Minamata City (2013)

 

Contacto: fraile.ctm@gmail.com , miriam959@gmail.com, nccamacho@gmail.com

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