Autore: Torres Víctor. Figueroa Andreina. Unidad de Ensayos no Destructivos, Análisis de Fallas y Corrosión de Materiales. Centro de Tecnología de los Materiales. FIIIDT.
Para el año 2018 la estatua del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías ubicada en el Parque Hugo Chávez de la ciudad de Caracas (Ver figuras 1 y 2), evidenció pérdida de la pátina que la recubre, dejando al descubierto el metal base y exponiéndolo a factores externos que pueden causar una corrosión sostenida y pérdida del material que pudiese conducir finalmente a la afectación, tanto estética como estructural de la obra de arte. Se puede inferir que la pérdida de la pátina fue ocasionada por el rose continuo de los transeúntes que visitan dicho espacio público. Sin embargo, los factores que afectan a las esculturas expuestas pueden ser muy diversos tal y como se muestra en la tabla 1.
Los materiales más empleados para la fabricación de esculturas metálicas son el bronce y el latón, los cuales poseen aleaciones metálicas de base cobre, es decir, en su composición química el metal que se encuentra en mayor concentración es el cobre y como elementos de aleación pueden estar otros elementos metálicos: estaño, zinc, plomo, antimonio y aluminio con adiciones de otros elementos no metálicos como el silicio. [1]
La pátina es la capa de sales de cobre que se produce sobre la superficie de dichas aleaciones tras el proceso de la corrosión del cobre como un proceso espontáneo (patina natural), que tiene lugar debido a la tendencia que tienen todos los metales de regresar a su estado original en la naturaleza, normalmente, como el mineral del cual fueron extraídos.
En función de las sales de cobre que se formen, esta pátina natural puede ser estable (la beneficiosa y superficial, ya que protege la integridad del bronce) y la inestable (destructiva).
Una buena pátina no debería removerse fácilmente de esculturas o superficies en general, ya que si se prescinde de esta, la superficie brillante recién expuesta se oxidará nuevamente, causando pérdida de metal.
Algunos óxidos de cobre, como el óxido cuproso que es el que tiende a formarse primero, generalmente tiende a colores rojizos y se convierte rápidamente en óxido cúprico que es marrón oscuro o negro. Prácticamente, todas las monedas antiguas de bronce tienen sobre la superficie metálica al menos una fina capa de óxido de cobre marrón. El sulfato de cobre o sulfuros de cobre dan un color verde a azul verdoso.
El carbonato de cobre, la mayoría de las veces, hace pátina verde y, ocasionalmente azul. El carbonato de cobre es una reacción adicional del óxido de cobre, no del cobre, pues sólo se formará sobre los óxidos de cobre marrones o rojos. Como el óxido de cobre es más estable que el carbonato de cobre, a veces se puede eliminar sólo el verde dejando la pátina original de color rojo o marrón.
Por el contrario, la pátina inestable provoca una pérdida continua de material en el objeto. Se deben tomar medidas para hacer más lento este proceso o prevenir el futuro deterioro, lo que se conoce como corrosión activa y se identifica por una rápida expansión de volumen, a medida que el metal se altera para formar un producto de la corrosión. Además, es posible que se observe desconchamiento o pulverización en la superficie. Se puede conjeturar que todo objeto de metal rodeado de escamas o polvo suelto se está corroyendo activamente.
En las estatuas es común que los artistas empleen pátinas artificiales, que tienen la función de proteger la superficie del metal recubierto de manera controlada, generando una efectiva barrera contra el oxígeno y los factores ambientales agresivos. Generalmente, estas pátinas se aplican empleando productos químicos mediante el uso de calor. Al momento del estudio no se contó con información directa del autor de la obra, se deduce que es precisamente éste tipo de pátina con la que fue tratada superficialmente la escultura bajo estudio; cuyo carácter es coherente, adherente y liso, que ha sido desprendida debido a la acción de fricción (roce) por el contacto humano en zonas específicas (Ver Figuras 3 y 4). Es decir, que las zonas brillantes (zonas desnudas) están completamente expuestas a los elementos externos (humedad, rayos ultravioleta, excremento de pájaros, elementos contaminantes en la atmósfera, hollín, etc.), lo cual puede, con el tiempo, inducir la corrosión de la estatua en dichas zonas. Adicionalmente, es importante destacar, que la inspección visual de la escultura arrojo como resultado que esta presenta integridad estructural, es decir, está libre de fisuras, picaduras o socavamiento que pudieran indicar corrosión activa.
Muchas y controversiales son las posiciones de cómo y con qué técnica abordar una restauración, el uso de las herramientas más idóneas, los métodos y criterios que se emplearán. En lo que si todas estas posiciones concuerdan, es que debe realizarla un profesional especializado por lo complejo del tema y las consecuencias irreversibles que la restauración pueda generar. Sin embargo, se ofrecieron orientaciones generales, a partir de la bibliografía consultada.
CRITERIOS DE INTERVENCIÓN
Previo a la restauración, se debe tomar la decisión de seguir unos criterios estrictos en cuanto a la intervención con el fin de mantener unos límites de acción en la limpieza, respetando siempre la pátina estable, comenzando delicadamente y aumentando gradualmente la intensidad de limpieza, para eliminar el polvo y suciedad superficial.
Procedimiento de Limpieza, Encerado y Acabado Final
Lavar la escultura con agua destilada y paños suaves. El empleo de un cepillo de cerdas naturales y suaves, que no sea de alambre, puede ayudar a alcanzar lugares de difícil acceso y eliminar la suciedad persistente. Se debe usar de preferencia, un limpiador no iónico y es importante enjuagar la escultura a fondo.
Se debe asegurar el secado total de la escultura. Para realizar la limpieza, el día deberá estar asoleado, lo cual asegurará que los poros del material estarán completamente libres de humedad.
Partiendo de una escultura completamente limpia y seca, las zonas que están desnudas de patina serán tratadas con extremo cuidado; aplicando el tratamiento original, logrando un repatinado local, con lo cual se integra cromática y químicamente la superficie de la obra, respetando las tonalidades y el brillo propio de la técnica, sin incurrir en faltas de carácter tecnológico y estilístico. Para asegurar la homogeneidad del repatinado con respecto al original, se recomienda contactar al autor de la obra e involucrarlo en la restauración. No habrá persona que esté más interesada en obtener el mejor de los resultados.
Una vez lograda la uniformidad de la pátina, se procede a encerar la estatua. Existen marcas comerciales especializadas para tal fin, la cual será aplicada empleando un cepillo suave de cerdas naturales, con movimiento circular para tratar de frotar la cera en la superficie del metal con una capa fina y uniforme. Si se aplica una capa demasiado gruesa, la cera tenderá a ponerse blanca o a mostrar trazos del pincel. Una forma de prevenir la acumulación de cera, es frotar el pincel sobre una toalla de papel antes de poner el pincel sobre la superficie del bronce.
Después del proceso de secado, cuyo tiempo dependerá de las recomendaciones del fabricante, se procederá a limpiar la superficie hasta obtener un buen brillo con paños limpios y suaves.
Para la protección final y definitiva de la obra se recomienda utilizar un compuesto de resina polimérica, aceite de silicona y partículas submicrónicas de sílice, el cual debe ser aplicado a pincel sobre la escultura, creando una capa protectora anticorrosiva y muy resistente a la abrasión. Otra ventaja de aplicar una protección final es que proporciona una buena adhesión a la superficie metálica, posibilita una aplicación sencilla, resiste temperaturas de hasta 200ºC y contiene una baja toxicidad. Con esta protección, se asegurará un completo aislamiento hacia los agentes medioambientales más agresivos, tales como el roce o fricción causada por los asiduos a visitar el Parque Hugo Chávez que interactúan con la estatua.
Se deberá mantener un correcto control sobre la capa de resina polimérica ya que es la que reduce la interacción del medio con la escultura. Se recomienda, de acuerdo a la severidad del medio, que al menos cada 5 años se retirase y sustituyese por una nueva, debido las condiciones ambientales y externas en las que se encuentra la obra podrían reducir su durabilidad y reversibilidad.
CONSERVACIÓN PREVENTIVA
El mejor método para cuidar las pátinas siempre incluye limpieza regular y encerado, de ser éste el tratamiento final, lo cual es importante tanto para la apariencia como para la longevidad del bronce. Es decir, son imprescindibles los tratamientos de conservación y mantenimiento de las obras para impedir intervenciones mayores. Si se conserva bien no hay que restaurar.
Si no es posible aplicar la película protectora final, se recomienda hacer inspecciones frecuentes para determinar cuántas aplicaciones al año de cera serán necesarias de manera de impedir el desgaste visible de la pátina.
Se recomienda que los jardineros del Parque NO mojen la escultura, el agua de riego contiene cloruros y minerales que pudieran activar el proceso corrosivo. Igual resultado lo ocasionan las deyecciones de pájaros de la zona que pudieran posarse en la escultura. Por ello, se debe retirar la deyección tan pronto como sea posible. De igual manera, es importante evitar que la obra sea rociada con pesticidas, productos contra insectos, fertilizantes para árboles, productos para la limpieza de ventanas o de uso doméstico que puedan actuar adversamente atacando la pátina.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
[1] Esculturas de bronce. Corrosión y pátina
Disponible: http://ri.uaemex.mx/bitstream/handle/20.500.11799/95017/Esculturas_de_Bronce.pdf?sequence=1&isAllowed=y
- Patinas y acabados,
Disponible en
- RESTAURACION Y PUESTA EN VALOR DE ESCULTURAS METALICAS
Longoni, J. 1 , Sarutti, J. L. 2 y Gotelli, R. 3Disponible en
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