Puerto sumergido en Taposiris Magna ofrece nuevas pistas sobre la ubicación de la tumba de Cleopatra
La arqueología subacuática ha dado un salto histórico con el descubrimiento de un antiguo puerto sumergido en las inmediaciones del templo de Taposiris Magna, cerca de Alejandría. Este monumental hallazgo es considerado la pista más prometedora en la búsqueda de la tumba perdida de la reina Cleopatra VII y Marco Antonio, un enigma que ha eludido a la ciencia por más de 2.000 años.
El descubrimiento, liderado por la arqueóloga Dr. Kathleen Martínez junto a Robert Ballard, famoso oceanógrafo, conocido por encontrar los restos del RMS Titanic, se centra en una conexión geográfica y tecnológica fundamental: la confirmación de un túnel subterráneo de 1.300 metros que une directamente el templo de Taposiris Magna con los vestigios del puerto bajo el mar. Este enlace refuerza la teoría de que el templo de Osiris fue elegido como el sitio de un complejo funerario real.
Tecnología subacuática desvela un eje histórico
Este proyecto es un testimonio de la fusión entre ciencia y tecnología. La localización y mapeo del puerto sumergido, que yace bajo el Mediterráneo, fue posible gracias a tecnologías de geofísica marítima y mapeo sonar. El uso de técnicas de arqueología subacuática de vanguardia es lo que permitirá a los equipos explorar las profundidades y el túnel.
Desde la perspectiva geográfica e histórica, el puerto, cuya existencia no estaba documentada en las fuentes clásicas, demuestra la inmensa importancia de Taposiris Magna como un eje comercial y religioso que unía Alejandría con las rutas marítimas y el lago Mareotis. Su presencia cambia la comprensión de la antigua línea de costa egipcia y del poder logístico que sustentaba la Dinastía Ptolemaica.
El sitio ya ha revelado restos de ánforas, columnas de piedra pulida y estructuras que datan del periodo ptolemaico, así como también 337 monedas con el rostro de la reina Cleopatra, vasijas de cerámica, objetos de cosmética, entre otras ornamentas ceremoniales. La comunidad científica y el mundo entero esperan con gran expectación que los trabajos de excavación brinden la confirmación final de que, por fin, se ha resuelto el misterio de la última faraona de Egipto.
