Un reciente estudio de la Universidad Estatal de Arizona sugiere que el glifosato, uno de los herbicidas más usados a nivel mundial, podría tener efectos persistentes en la salud cerebral.
Los investigadores encontraron que, en ratones, exposiciones a altas dosis de glifosato provocaron inflamación cerebral y síntomas similares al Alzheimer, efectos que persistieron incluso seis meses después de haber cesado la exposición.
Es importante destacar que las dosis administradas en el estudio (50 y 500 mg/kg de peso corporal al día) son significativamente superiores a las que los humanos normalmente experimentarían. Para ponerlo en perspectiva, equivaldría a que una persona de 70 kg ingiriera entre 3.5 y 35 gramos de glifosato diariamente durante 13 semanas, una cantidad muy por encima de cualquier exposición realista.
Los resultados indican que el glifosato y su metabolito AMPA pueden acumularse en el cerebro de los ratones, atravesando la barrera hematoencefálica y desencadenando procesos neuroinflamatorios. Sin embargo, la extrapolación de estos hallazgos a humanos debe hacerse con cautela.
Muchos expertos señalan que, dadas las dosis elevadas utilizadas, es necesario investigar si exposiciones más bajas, más representativas de las que podríamos tener en nuestra vida diaria, tendrían efectos similares.
Es crucial continuar investigando para comprender plenamente el impacto potencial del glifosato en la salud humana, especialmente en poblaciones expuestas de manera ocupacional o ambiental.
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